172. A Dios sólo podemos llegar con la Castidad Real, con la Simiente Divina VIVA y PALPITANTE en nosotros, con la Simiente Divina transmutada hacia los más altos niveles de realización, de cristificación.
173. Es la ENERGÍA SEXUAL, la ENERGÍA SOLAR concentrada en la simiente, la única que puede despertar en la criatura humana toda aquella gran potencia encerrada en el hueso COCCÍGEO, y cuyo bendito nombre es KUNDALINI.
sábado, 21 de abril de 2012
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