160. La energía más sutil y maravillosa se halla en el organismo y esa energía es precisamente la energía sexual; y, lamentablemente, ella, es vista con desprecio, e incluso con asco por quienes viven una vida licenciosa y plena de fornicaciones.
161. El organismo impregnado de la radiante y poderosa energía sexual, salvo “consecuencias kármicas”, se mantendrá sano, pleno de energía: mas el organismo que haya sido el instrumento fiel de cuantas y tantas fornicaciones llevará consigo las huellas del dolor, de la enfermedad, etc.
domingo, 15 de abril de 2012
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