68. El flagelo de la juventud inexperta e inconsciente son los abortos, mas no sólo son las jovencitas a veces inducidas por sus “madres” pudorosas, quienes dan fin al hijo de su fornicación; sino, son también las señoras “bien casadas” que recurren una y otra vez, y más veces, ante el “médico” criminal o ante la enfermerilla asesina, quien con frialdad abismal quita una vida indefensa aún antes de nacer.
69. Los abortos son simples consecuencias de las concepciones no deseadas; y esas concepciones indeseables son únicamente el producto de la fornicación.
miércoles, 22 de febrero de 2012
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